Además de la nariz y la frente, el mentón, o barbilla, es una de las tres partes que más definen el rostro de una persona desde un punto de vista estético, ya que marca un punto de referencia y rompe la transición entre la cara y el cuello.
La mentoplastia o cirugía del mentón es una intervención quirúrgica rápida y sencilla que ofrece resultados estéticos increíbles sobre la barbilla o mentón. A partir de una pequeña incisión intraoral se aborda el hueso del mentón y el cirujano hace los movimientos necesarios para armonizar el rostro del paciente. Esto también se llama una genioplastia ósea.
Hay varias formas de llevar a cabo este procedimiento:
- Avance, o mover la barbilla hacia adelante.
- Retroceso, o mover la barbilla hacia atrás.
- De lado a lado, que puede ayudar con las barbillas asimétricas.
- Cambios verticales, como alargar o acortar el mentón.
¿POR QUÉ HACERSE UNA MENTOPLASTIA?
Existen muchas razones por las que realizarse una mentoplastia:
- Como procedimiento auxiliar en cirugía ortognática para lograr un mayor equilibrio facial tras la recolocación de los huesos de maxilar y mandíbula.
- Para corregir anormalidades del desarrollo de los huesos en la mandíbula, como la asimetría facial o la agenesia congénita de la mandíbula, una condición en la que el paciente nace sin una parte de la mandíbula.
- Para armonizar los rasgos faciales, cuando el mentón o barbilla es muy grande o pequeño para el rostro del paciente.
- Como parte de la reconstrucción craneofacial después de un traumatismo facial o cirugía de cáncer.
- Como parte del proceso de reasignación de género.